Señor haz lo que quieras...

Fue una enorme gracia de Dios haber estado en el Retiro de Sanación Interior que se realizó hace unos días mi ciudad. El Señor hizo en mi una obra magnifica sanandome de una herida espiritual, psíquica y física gigante. Así que dejando de lado tantas palabras te paso a contar mi testimonio.
Durante todo ese fin de semana el Señor fue trayendo a mi mente recuerdos de un episodio que ¨yo lo creía sanado y olvidado¨, sin comprender el motivo por el cual resurgia, se lo entregue al Señor, acompañado de las palabras ¨Señor haz lo que quieras¨, y Él hizo lo que más quería... que era sanarme y liberarme.
A la edad de los 8 años yo había sido abusado sexualmente en reiteradas oportunidades por un conocido, recuerdo que durante toda mi niñez sufrí por eso, y que desde ese momento comencé a pedirle a Dios perdón por aquello, sin entender mucho que era lo que hacia, es que ese hecho sacudió tan fuertemente mi vida que comenzò a pesar sobre mi una gran carga, la de la autocondenaciòn, que con los años iba dañando mas y mas todo mi ser, de hecho hoy tengo una enfermedad psicosomàtica, que los médicos no pudieron explicar a que se debe, aunque yo siempre supe bien que mucho tubo que ver eso y más aun cuando lo conocí al Señor, ya que puso luz en mi vida y me mostró que ese hecho había hecho estallar mi sistema nervioso.
Hoy tengo 23 años, próximo a cumplir 24 en unos días, esto sucedió hace mas de 15 años y como dije al principio, pensaba que ya todo estaba sanado pues hace cosa de unos 3 años cuando tuve mi encuentro con Jesús y empecé a caminar en la bendita corriente de gracia de la R.C.C, desde el comienzo Dios sacò este recuerdo -hasta entonces estaba sepultado en mi inconsciente- y siempre se lo entreguè, pero hace tiempo que no salia mas por lo que concideré sanado y para sorpresa mía, no había sido así.
En el primer día del retiro de sanación que llevaba adelante G. Rinaudo, muy sutilmente Dios comenzo a tocar este doloroso y casi olvidado recuerdo, con detalles de lo que había pasado, trayendo a mi mente a la persona que comentió tan atroz herida en mi, al principio me resistí, pero luego fui dejandomè envolver por Dios y dando lugar a su lenta, pero segura intervención amoroso, fue así que llegó la noche y cuando terminaba el retiro, se hizo presente el Hijo del Rey, JESÚS EUCARISTÍA, en el preciso momento que empezó el paseo, sabia que era especial, como siempre lo supe, sin embargo en mi no pasaba mucho, cuando lo tuve frente a mi puse en sus manos el recuerdo de aquel abuso, y luego de un ratito caí rostro en tierra y comencé a llorar, sin motivos, sin emociones, sólo lloraba como hace muchisimo tiempo no lo hacia, y lloraba y lloraba y cada vez más fuerte, no podía parar. Hasta que terminò ese paseo tan lleno de amor y poder transformador... y ahí calmo el llanto, que pude experiemntar que su amor me limpio por dentro.
Era evidente que Dios había tomado mi pedido, y aquellas palabras dichas casi inconsciente en mi ¨Señor haz lo que quieras¨ fueron tomadas muy en serio por Dios. Ese día sentí dentro mio una paz enorme y sabia que ese doloroso acontecimiento comenzò a sanarse.
Al día siguiente en la continuación del retiro, recuerdo bien que Dios le cambió el itinerario al predicador, pues dijo que había preparado algo pero que Dios en la oración le había cambiado y asì comenzaste, según sus propias palabras a poner en manos de Dios las durezas del corazón en sus manos!. Comenzò con la predica a preparar nuestros corazones para el perdón, gran paso para la sanación completa del alma, y nuevamente en ese día siguió mi Señor haciendo su obra. Hasta que llego el momento del Perdón, recuerdo que nos propuso la metodología de escribir en una hoja ¨Perdón a Dios¨, en otra ¨Perdón al prójimo¨y en la otra ¨Perdón a uno mismo¨, y en ese momento me abrí por completo, y encontré una gran coincidencia en las tres hojas al leerla. Estaba muy enojado con Dios por permitir que me hayan abusado (aunque se muy bien que nada tiene que ver Dios en la maldad del corazón del hombre). Enojado con quien abuso de mi. Y enojado conmigo mismo por haber sido abusado y sentirme tan sucio. Fue lo primero que escribí en las respectivas hojas. Era evidente que esa herida que yo creí sanada no lo estaba. Una vez escrito vino la parte de leerlo y perdonar. Gloriosa obra de liberación hizo Dios a través del perdón, la paz fue completa, la felicidad plena y el deseo de gritar a todos la grandeza de Dios me desbordaba.
Una vez alguien me dijo que la sanación se comprueba cuando uno puede contar su testimonio sin sentir dolor ni vergüenza, ni nada que lo paralice a uno, en fin, la sanacion debe dar libertad. Así que con esa libertad, al otro día busque un sacerdote y le dije que me reconciliara con el Señor y él me dio la unción de los enfermos. Cuando hable con él, pude contarle con plena libertad mi testimonio y a medida que lo iba haciendo mas y mas grande era la paz y la alegría en mi corazón, casi que caminaba por entre las nuves de tanta paz y gozo.
Esa paz y esa alegría siguen hasta hoy y mi amor por Dios crece a pasos agigantados, maduro esa relación con el Amado, comencé a servirlo con mayor entusiasmo y entrega. Mi sonrisa es permanente y quienes me ven me preguntan porque estoy tan Feliz, yo le respondo, solo Dios da felicidad. Si veo que me faltan muchos detalles en este testimonio, pero no alcanzarian las palabras para expresar como Dios iba obrando a través de cada una de las oraciones de sanaciòn y fundamentalmente del testimonio de vida de quien predicaba, sus testimonios me hicieron sentir identificado y decir si a él lo sanó, a mi también puede sanarme,
Simplemente hoy puedo decir que si experimenté en mi corazón Su amor sanador. Muchas bendiciones. M. G