Felices los que creen sin ver (Jn 20, 29)

Hola a todos y Bendiciones. Soy María Eugenia y para Gloria de Dios quiero compartir con todos mi testimonio.

Era una chica de casi 30 años, consentida durante toda mi vida por mis padres, familiares y amigos, aunque desde chica tuve varios kilos de más no me impedían gozar de buena salud.

Cuando terminé el secundario elegí una carrera, después la cambié y la volví a cambiar, pues siempre cambiaba de parecer, nada me convencía del todo y tampoco asumía mi responsabilidad de estudiante, prefería escuchar música, ir a recitales, estar con mis amigos, viajar e ir de Shopping . Mi familia con tal de verme “conforme y contenta” avalaba mis ocurrencias.

Mi familia tenía un buen pasar económico y empecé a mucho en ropa, música, viajes, salidas y lo que se me ocurriera, mi familia quería verme contenta y creía que lo que yo pedía era lo que necesitaba para ser feliz. Para poder seguir haciendo lo que quería tenía que mentir y decir que estaba bien en la carrera y que todo marchaba sobre ruedas.

Estaba ya inmersa en esto de elegir las cosas sin Dios y como algo divertido y por curiosidad comencé a consumir marihuana.

Una droga llevó a la otra y terminé consumiendo cocaína todos o casi todos los fines de semana.

En la universidad cursé la materia filosofía, estudié a los grandes pensadores y un profesor ateo reavivó mi convicción de que Dios no existía. Lógico, ya que usaba la razón pero no mi corazón.

Como siempre fui amante de la música y la noche, el mundo de la música electrónica comenzó a ser mi lugar favorito, viajaba siempre a bailar a Buenos Aires y asistía a eventos masivos de música electrónica de manera que el éxtasis ya era parte de mí y también otras drogas y así estaba mi vida.

En el 2004 volví a mi provincia natal a trabajar con mi papá sin haberme recibido, cumplía horario de comercio por la mañana, no me gustaba mi trabajo, dejaba todo para que lo hiciera mi papá y el resto de mi día escuchaba música leía alguna revista de música o de diseño, miraba alguna película. Solo podía ver, oír y sentir a través de las drogas ya que fumaba marihuana desde que llegaba del trabajo hasta que me dormía y tomaba alcohol todas las noches.

Me gusta la lectura y no podía leer ni media página, me gusta la música pero no estudiaba nada relacionado, el ejercicio físico y la naturaleza y estaba siempre encerrada, llegué a tener una desconexión entre mi cuerpo y mi mente y dejé mi cuerpo sin cuidado como si no existiera.

Solía interesarme por las cosas orientales, leí algunos artículos sobre Feng Shui consultaba el horóscopo chino, cartas astrales, I Ching pero mi vida seguía igual o peor.

Como la marihuana aumenta el apetito comía muchísimo y había llegado a pasar los 120kg de manera que todo lo que implicaba moverme, ya sea caminar una cuadra me daba pánico, ya ni me movía de mi casa. Dormía 13, 15 u 11 horas por día y si bien siempre estaba interesada por alguna problemática social o ecológica no podía moverme de mi casa y tampoco hacía nada desde ahí.

Hace exactamente un año y a 1 mes de cumplir 30 años llevaba la vida que había aprendido, a buscar en el placer la felicidad. Pero ahí no se encontraba y un par de signos empezaban a mostrarme otra realidad.

Una noche que como siempre había fumado marihuana y después de haber comido unos sándwiches empecé a cocinar y mientras cocinaba decía en voz alta que yo no quería hacer eso y que elegía no comer más porque estaba llena pero no pude para de comer.

Entonces le pedí a una amiga que hace oración (calculaba yo que a Dios) que pidiera por mí porque no podía parar de comer.

Decido también dejar de consumir y esa noche vinieron de visita dos amigos muy estimados con drogas de varias clases y cada vez veía más claro que algo había en contra mío como podía ser que justo el día que decidía dejar aparecía un abanico de posibilidades de la mano de dos personas muy queridas .

Como había pedido oración empezaba a darle lugar a Dios y comencé a dirigirme al Padre, si Él existía y había para mí una misión en este mundo yo no la estaba cumpliendo, pedí perdón por todo y desde esa noche empecé a rogarle que se hiciera en mí Su voluntad y le pedí ir al trabajo a horario porque llegaba 1 hora u hora y media más tarde y que pudiera comer como una persona normal. Al otro día estaba en pié a las 8 y en todo el día comí muy sano, Dios estaba manifestando su existencia.

Comencé a leer todas las noches el Evangelio meditado que hacía 11 años me había regalado la mamá de unos amigos.

A los pocos días “San José” me llevó a misa por medio de una amiga y lloré desde que entré hasta que salí y a partir de ahí los jueves y domingos asistía a misa. En una de las misas escucho que las cartas de San Pablo eran 14 y muy importantes. Un buen día en la cartelera de la Iglesia invitaban a una Semana Bíblica de San Pablo y allá fui. En la primer a clase leen 1ª de Timoteo15-16 y la historia de Saulo de Tarso impulsó a crecer mi sed de Dios.

Al término de esa semana Bíblica un afiche en la Iglesia decía: “Semana de Sanación Interior, Renovación Carismática” y pensé: es lo que necesito; pero la verdad es que no tenía idea donde iba. Llegó ese día y cuando entro a la Parroquia veo a un chico joven cantando al frente con una guitarra y todos abrazándose y casi me muero! Eran los locos carismáticos y lo único que pensé fue en ponerme bien atrás para que no me abrazaran ni besaran ni me tocaran.

Predicaba Gabriel Rinaudo y comenzó diciendo que “los deseos interiores hacen cambiar a las personas”…ya no tenía escapatoria, la clave estaba en mis manos, solo me faltaba escuchar justo lo que dijo después … -si tan solo supieras cuanto te amo- dicho por Dios Padre y no podía creerlo porque nos daba citas Bíblicas en las que decía que Dios nos perdona porque nos ama Sal 103, 3-14 y nos hacía pasear por toda la Biblia mostrándonos que DIOS el creador del Universo de todos los seres y todas las cosas me mira como lo más precioso que creó y que tengo valor a sus ojos, el valor más grande para Él y que mire a su Hijo amado que no vino por justos sino por pecadores y que con su muerte de cruz nos salvó del pecado a todos y cada uno de los que creamos en Él y que es el Camino, la Verdad y la Vida…y que no tema porque aunque pase por las aguas está conmigo (Is 43, 1-4) y que aunque mis pecados sean los peores Él me perdona (Is 1, 18). ¡¿Quién no necesita que le digan que lo aman?!

Me llamó la atención que Gabriel hizo hincapié en algo, dijo: ¿saben lo que les va a pasar cuando termine este retiro? –y hacía un gesto como que algo se nos iba a meter por las venas -Jesús se les va a meter por acá-, afirmaba. Al cabo de varios días de escuchar y ver muchas sanaciones, incluyendo la mía, de recibir un bautismo en el Espíritu Santo, de profetizar, de ver a Jesús caminando entre nosotros no podía creer todo lo que me había sido revelado y parada escuchando las últimas enseñanzas me agarraba las muñecas con fuerza hasta que caí en cuenta que me estaba pasando lo que había dicho Gabriel ¡Jesús se me estaba metiendo por las venas!

Yo no le encontraba sentido a mi vida, vivía inmersa en una gran depresión y solo hacía cosas que me destruían y en esos últimos días del mes de noviembre de 2007 Dios me mostró que me ama, que ama a todos y cada uno de nosotros por igual (Sab 11, 25) y que quiere nuestra felicidad que nada malo viene de Él y que si nos abandonamos en Él toma el control de nuestra vida y nos conduce. ¿Quién puede resistirse al Amor de Dios? ¿Quién puede resistirse a seguir a quién nos Amó hasta el extremo? Las hermosas mujeres de la Renovación invitaron a todos a que continuáramos yendo a los grupos de oración y así hice, no me perdí una oración, así me encontrara a 130km. Mi vida había cambiado completamente desde mi encuentro con la persona de Jesús Resucitado. No consumí ninguna droga nunca más y sobre todo fui consciente de que el diablo es el único que quiere destruirnos. Tiré todo lo que tenía en mi casa y tampoco tomé más alcohol. Empecé a comer con mesura y empecé a caminar en vez de usar el taxi como antes.

Dios me regaló la maravilla de ver con ojos de Verdad, a escuchar con oídos nuevos, a discernir entre lo bueno y lo malo y por supuesto a tener un contacto continuo con La Palabra. La Biblia comenzó a ser mi libro de cabecera, leía hasta quedarme dormida y de 13hs. de sueño pasé a dormir como mucho 5hs. por día, a hacer el Rosario, a mirar EWTN y a leer, leer y leer todo lo que viniera de Dios. Doy mi palabra de cristiana que desde esa experiencia en la Renovación Carismática Dios no deja de manifestar que está a mi lado y como dijo San Juan muchas cosas más de las que cuento Jesús ha hecho (Jn 21, 25)

A tres meses de estar en la Renovación comencé a aprender a ser servidora en el ministerio de música. Hoy hace 8 meses que sé por experiencia que Jesús está Vivo.

Asisto a la Escuelita de servidores, estoy en dos grupos de jóvenes de oración aprendiendo a ser servidora, colaboro en una Parroquia, canto en el coro, soy catequista en una Escuela Rural también bajé 20kg.

Pueden pensar que esto es meritorio mío pero no es así, todo es iniciativa y un regalo de Dios. Si alguien hoy no cree en Dios o duda de su existencia y lee este testimonio quiero decirles que Dios es para todos aunque no se note porque como dice la Hermana Glenda nuestro Dios es tan humilde que hasta parece que no existiera. Insisto búsquenlo, con todo el corazón. Pidan la Fe, es un Don, no se olviden de las promesas, pidan y se les dará…(Mt 7, 7)

Soy feliz desde que mi vida gira en torno a la persona de Jesucristo y doy Gloria por siempre a la Santísima Trinidad por lo bueno y lo malo de mi vida ya que todo me condujo a Dios.

Los invito hermanos, si todavía no lo han hecho a abandonarse en Dios porque Él solo quiere lo mejor para nosotros, sus proyectos son proyectos de Amor.

Como si me hubiera dado poco Dios me regaló hermanos maravillosos quiero decirles que los Amo en Cristo Jesús los extraño y ruego a Dios por ustedes y doy Gloria a Dios por todos y cada uno. Reitero, los Amo.

A María nuestra Madre del Cielo ruego que guíe mi caminar y el de todos mis hermanos hacia su Hijo Jesús por siempre.

Gracias al Santo Espíritu por ser el sostén de este bendito movimiento de la Renovación Carismática Católica y de esta revista, gracias hermanos por dejarse guiar por el Espíritu.

Dios Bendiga un millón de veces más que a mí a todos los que lean este testimonio. Gracias.

¡Gracias Señor por buscarme, gracias por mostrarte, gracias Señor por ser mi buen Pastor!


Porque me han visto han creído. Felices los que creen sin ver.” (Jn 20, 29)