Señor si tu quieres, puedes sanarme...

Querido hno, le pido a Dios te bendiga y siga derramandosé en tu vida.Soy de mendoza, Argentina y debo este testimonio a todos los hermanos que creen en Dios, y esto nos ayuda a creer en la FE. El 15 de noviembre de 2008 yo tube una experiencia espiritual tan maravillosa que no podré olvidar, y una sanación física que se suma a muchas otras en las que el Señor Jesús me lleno de su amor. Lo que viví fue inolvidable, desde que ingrese en la escuela Hogar Eva Perón todo para mi fue un sueño. La lectura de Evangelio me toco muy fuerte, me motivo a adentrarme en mi misma y comenzar a descubrir heridas sin sanar, muy profundas."SEÑOR SI TU QUIERES PUEDES SANARME"... Quiero queda limpio. Las charlas del predicador y sus testimonios en los que decía que ibas tirando "dardos" para que nos hicieran discernir, yo personalmente sentía que cada palabra era de Dios directamente para mi corazón. Yo miraba la silla vacía a mi lado y dije Señor ¿para quien reservas este lugar? transcurrían los minutos y de pronto entro quien nos predicaba y se sentó a mi lado cerré mis ojos y dije "gracias Jesús te amo" Yo sentía necesidad de ir a conversar con él... y allí estaba a mi lado esperando para comenzar a predicar, y pude decirle que todos y cada uno de sus testimonios eran dardos a mi corazón... para mi hacían el efecto de una bomba que daba en el blanco, dejando el área libre de toda huella, me hacia estremecer pensaba que Dios ponía cada palabra en sus labios y me tocaba tan profundamente...
De pronto me descubrí enojada con Dios por la muerte de mi madre en el parto de mi hermana mas chica, cuando tenia 17 años , del suicidio de mi padre en el 2006 y de tantas heridas que iban surgiendo, yo jamás imaginé semejante dolor guardado en lo profundo de mi inconsiente. El perdón no solo sano mis heridas psiquicas y espirituales sino que también me dio la sanación a un problema físico, desde hacia mucho tiempo padecia de flujo tan fuerte y de olor muy desagradable por lo que varias veces recurrí al medico sin ningún resultado. En este retiro yo repetía todo el tiempo Señor si tu quieres puedes sanarme. No solo me regalo la sanación a este problema, también tube el regalo de acudir vestida como en la época de Jesús, a la boda del cordero. Ese aroma que me penetraba mezcla de aceite e incienso y flores, me veía danzando como una doncella, con el corazón a punto de estallar en mi "boda con el Señor de la vida" esto fue como un sueño que no tiene fin. Esa canción de fondo y cada paso que avanzaba hacia el altar veía los ojos de Jesús fijos en los mios... me dormí en sus brazos y doy Gracias al Padre amado que me ha creado, al Hijo Bendito que me ha salvado y al Santo Espíritu fuego de amor que abraza y que quema, por llevarme a los brazos de mi amado, a tener ese encuentro personal con El que jamás olvidaré! Una sanada por su amor infinito.